Un análisis de las películas nacionales e internacionales y que marcaron este año.
Por Sha Sha Gutiérrez ESPECIALES / CINE 2020
Este año ha sido caótico por diversas razones. A raíz de la pandemia, nuestra forma de relacionarnos entre nosotros y con el séptimo arte cambió drástica y abruptamente. Reemplazamos las salas de cine por el streaming, los festivales y las premiaciones se llevaron a cabo de forma virtual; en sí, nuestra forma de apreciar y producir, en el sentido más amplio del término, películas cambió.
Los filmes que verán a continuación son, como se indica en el título de este post, mis preferidos de este año (por cuestiones de delimitación temática, he decidido centrarme únicamente en los filmes de ficción). Todos se estrenaron el 2020, ya sea vía streaming o durante el 24 Festival de Cine de Lima. Asimismo, he decidido clasificarlos por bloques temáticos. Esta clasificación (me) permite «conectar» películas de distintos horizontes culturales y con diferentes propuestas estético-ideológicas.
Viajes en clave alegórica
Samichay, en busca de la felicidad (2020) de Mauricio Franco Tosso, Pienso en el final (2020) de Charlie Kaufman y Sin señas particulares (2020) de Fernanda Valadez comparten una característica en común: son películas que retratan el viaje de sus protagonistas en clave alegórica. Es decir, en Samichay, en busca de la felicidad, observamos cómo Celestino –y su vaca– son acompañados por el fantasma silencioso– y, por momentos, inquietante– de un ser querido que solo los espectadores podemos ver. Este fantasma –y la aparición de otros personajes o sonidos del «más allá»– alegorizan el duelo y la falta (como lo planteé en una anterior crítica en la Ventana Indiscreta).
Pienso en el final es una película surrealista que explora, entre otras cuestiones, el viaje en distintos niveles: el viaje de nuestra protagonista y su novio, en auto, hasta la casa de los padres de este; el viaje «temporal» y siniestro de ella; y, por supuesto, el «viaje» del espectador al inconsciente del verdadero protagonista del filme: el novio.
Por último, Sin señas particulares es una película mexicana que cuenta la historia de dos personajes: Miguel, un joven que regresa a su país de origen luego de haber sido deportado; y Magdalena, una madre en busca de su hijo desaparecido. Ambos viajes, no obstante, estarán marcados por ciertas imágenes alegóricas del mal que solo refleja o refuerza la violencia en la frontera de Estados Unidos y México.
Crisis y representaciones de la ciudad o la «civilización»
La ciudad de los pájaros (2020) de Matias Mariani, La fiebre (2020) de Maya Da-Rin y Blanco en blanco (2019) de Théo Court comparten un rasgo en común: son películas que representan la ciudad o el «espacio de la civilización» como lugares hostiles que trastocan la vida de los protagonistas.
La ciudad de los pájaros de Matias Mariani cuenta la historia de Amadi, un músico nigeriano que llega a São Paulo para buscar a Ikenna, su hermano. A lo largo de la película, descubrimos junto con Amadi la «verdadera» vida de Ikenna: sus secretos, sus mentiras y sus obsesiones. Estos no son revelados por él mismo, sino por la búsqueda incansable de Amadi y los testimonios que él recoge en su travesía. Por tanto, podríamos considerar este filme como una historia del desengaño, el cual se refuerza con la representación de São Paulo como una ciudad de la incomunicación. A su vez, esta ciudad o, más bien, este conjunto de edificios y galerías resultan imponentes y fríos para el protagonista y el espectador.
Por otro lado, La fiebre de Maya Da-Rin es una película brasileña que cuenta la historia de Justino, un hombre que trabaja como guardia de seguridad en el puerto de la ciudad. Ante la noticia de que su hija, Vanessa, consiguió una beca para estudiar medicina en Brasilia, su cuerpo empieza a enfermarse gradualmente. Así pues, la fiebre, tema central y título del filme, se manifiesta como una metáfora de su desarraigo. Dejó su comunidad –la tribu de los Desana– para establecerse en una ciudad que lo automatiza y que, además, no puede curar o siquiera «ver» su enfermedad.
Por último, Blanco en blanco de Théo Court plantea y problematiza uno de los principales tópicos de la literatura decimonónica: la civilización versus la barbarie. El filme retrata la explotación y el genocidio de una comunidad indígena, perpetrados por los representantes de la «civilización»: los trabajadores del señor Porter, el terrateniente que todos nombran, pero no vemos. A través de los ojos y la cámara de Pedro, el fotógrafo y protagonista de la película, nos adentramos en la historia de la dominación de una cultura sobre la otra.
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