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Todo sobre las madres: un repaso por la maternidad almodovariana

Tras el pasado Día de la Madre, no está de más hacer un breve recorrido por el amplio lugar que Pedro Almodóvar les dio a las madres en su cine, haciendo que tengan, a partir de sus deseos y contradicciones más humanas, una voz propia.


Por Victoria Vives     ESPECIALES / DÍA DE LA MADRE

"Todo sobre mi madre" (1999). Fuente: Fotogramas

A lo largo de toda su filmografía, el provocador director manchego ha ido siempre en contra de todos los tormentos y estereotipos que giraban alrededor de la imagen de la mujer en el cine: las hizo glamurosas y sensuales, fuertes y auténticas. Él desarmó el registro que ya existía sobre los personajes femeninos en todas sus formas e hizo el suyo propio. Las creó con todos sus errores, matices y peculiaridades. En sus películas las mujeres están dispuestas a hacer lo que sea por ser lo más parecidas a lo que soñaron de sí mismas: “Él ya había reivindicado el derecho de inventarnos a nosotras mismas (...) Puso las prótesis de mamas y los dildos al lado un cucharón, una olla a vapor y lo comparó con cualquier cosa útil” (Lucrecia Martel sobre Pedro Almodóvar en el Festival de Venecia 2019). Y más allá de los contextos hostiles por los que usualmente se desenvuelven sus personajes, él hizo todo menos revictimizarlas. Desde amas de casa que persiguen el amor en moto y a mano armada hasta monjas que se drogan y madres que abandonan, Almodóvar hizo mujeres de todo tipo: mujeres que sufren, desean, se enamoran y se equivocan. Fue por su necesidad de mostrar mujeres, en todos los sentidos, fuertes, carentes y asimétricas, que nos regaló la oportunidad de acercarnos también a una maternidad que, a base de primeros planos, fue mucho más traslúcida y humanizada.


La voz de las madres


Es la madre uno de los elementos más fundamentales y notables a lo largo de toda la cinematografía de Almodóvar. Pero son también los demás personajes los que suelen estar vinculados, de cierta forma, con alguna carencia materna o algún recuerdo del pasado que los une a sus madres. Y es que hay una amplia cantidad de madres a lo largo de todas sus películas que son inolvidables: ya sean que estén encarnados en los personajes secundarios o en las grandes madres protagonistas, él le dio vida a madres que eran desde “heroínas” rotas hasta deseantes “villanas”. Fue un sólido y seguro espacio el que les dio para reivindicar(se) a sí mismas y ser dueñas de sus propias vidas y maternidades.

 

Almodóvar se atrevió a mostrar que la maternidad también podía estar envuelta de placer. Eran las madres las que querían volver a sentirse fuertes y deseadas para volver a aferrarse nuevamente a esa voz propia que habían perdido. El director narra con crudeza, en varias de sus películas, a mujeres que pierden el control de sus vidas cuando el papel de madre las aplasta. En ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984), aparece la primera madre protagonista de Almodóvar: Gloria, una mujer agobiada y harta de tener una plana y unidimensional vida en la que parece que todo el mundo le da valor solamente a su papel de madre. A simple vista, se puede acusar a Gloria de rebelde y mala madre. Pero, conforme la trama avanza, entendemos la desesperación de Gloria por volver a ser libre, por recuperar ese lugar que ha perdido en su propia vida. Y es cuando la vida le regala, de cierta forma, una tragedia, que por fin se le da la oportunidad de vivir una vida que sea plenamente de ella y para ella.

 

Así, tal y como Gloria comenzaba a vivir una vida propia, en Tacones lejanos (1991), tenemos a Becky del Páramo, interpretada por una brillante y glamurosa Marissa Paredes, que transcurre toda una excepcional carrera como actriz durante toda su vida, rechazando uno de sus papeles, tal vez, más relevantes: el de madre. Aquí la figura de la madre es la de una mujer libre, auténtica y deseada por donde sea que se le vea. Pero es el de su hija, Rebeca (uno de los personajes más inolvidables que ha interpretado Victoria Abril), en el que recae todo el rencor, rechazo y odio del abandono. Tacones lejanos es una historia que se basa en personajes, palabras y miradas: con cada uno de los encuentros entre madre e hija, ya sean tormentosos o ligeros, se revelan valiosos detalles que hieren cada vez más y que ayudan a comprender mejor de donde viene la necesidad de la madre por vivir siempre al lado del glamour y del deseo y también por qué la hija dedicó su vida entera en buscar, desesperadamente, la aprobación y amor de su madre. Es así que, tras basarse en los monólogos maternos de Sonata de Otoño (1978) de Ingmar Bergman, Almodóvar llena su película de emociones a piel abierta, de sonidos que traen los tacones a lejos y de heridas que se gritan a la cara cuando ya no se puede más.


"¿Qué he hecho yo para merecer esto?" (1984). Fuente: Filmin

Las madres secundarias


Si bien las madres han estado presentes en la mayor cantidad de sus películas, no toda la filmografía de Almodóvar las tiene de protagonistas. Y es aquí en donde entran las madres secundarias: desde las madres trans como Tina Quintero en La ley del deseo (1987), que haría hasta lo imposible por vivir su vida entera junto a la niña que ha criado como suya, o Lola en Todo sobre mi madre (1999), que se entera de su maternidad cuando es ya muy tarde; hasta una Penélope Cruz, en Carne Trémula (1997), que encarna, al comienzo del filme, a una madre aplastada por una vida decadente e injusta, o a Carmen Maura en Volver (2006), con un papel de madre que renace de entre los muertos y cuida a sus hijas desde una maternidad casi fantasmal pero incondicional. Son estos papeles secundarios los que están dentro de los grandes y variados elencos que tiene Almodóvar en algunas de sus películas y en los que, a pesar de que la maternidad no sea el rol protagonista, es imposible que las madres, entrañables, genuinas y de todas las edades, pasen desapercibidas.


Carmen Maura en "La Ley del deseo" (1987). Fuente: Botic

Las madres actrices y fantasmas


En 1999 Almodóvar creó una de sus películas más representativas al momento de hablar de madres y, a su vez, una de sus obras más galardonadas: Todo sobre mi madre. Es Cecilia Roth quién toma el entrañable lugar materno en esta película y quién encarna a Manuela, uno de los personajes más golpeados en toda la filmografía de Almodóvar. Ella es una madre a la que le han arrebatado la maternidad desde los primeros minutos de la película: Esteban (Eloy Azorín) pierde la vida en un accidente frente a su madre y se lleva, junto a él, una parte de ella. Es así como toda la película es una búsqueda desesperada por parte de Manuela de volver a recuperar eso que la vida le quitó. Sin embargo, es a través de la protagonista que la película habla de una maternidad que trasciende la literalidad y lo físico. La protagonista, durante toda su camino por encontrar al padre de su hijo, encuentra otras formas de maternar, ya sea cuidando a Rosa (Penélope Cruz) durante su embarazo o defendiendo a La Agrado (Antonia San Juan). Al no saber qué hacer con ese amor que tenía reservado para su hijo, Manuela toma el papel de madre para las otras personas que la necesitan. Y así, Almodóvar la quiso retratar como una madre que, tras su tragedia, se pasó la vida actuando sin ser actriz: “Contra ese machismo manchego que yo recuerdo que en mi niñez, las mujeres fingían, mentían y ocultaban, y, de esa forma, permitían que la vida fluyera y se desarrollara. (...) No lo sabía, pero este iba a ser el tema de mi película número trece, la capacidad de la mujer para fingir. (...) Más adelante comprendí que el verdadero tema de la película era la maternidad herida” (Almodóvar, 2011, p. 252). Y es en Volver (2006) que la maternidad trastocada actúa traspasando lo terrenal. Es una película sobre mujeres, hijas, madres y, sobre todo, la familia. Un retrato de las madres que son capaces de regresar de la muerte para arreglar asuntos incompletos con sus hijas y de otras que son capaces de guardar secretos de sangre. Ambas, tanto Irene (Carmen Maura) como Raimunda (Penélope Cruz), son madres que actúan sin que nadie las observe: durante la noche o tras la muerte, son figuras maternas que, con tal de proteger a sus hijas, se esconden, alejan, mienten y hasta matan.

"Volver" (2006). Fuente: RTVE

La primera musa


Después de tantas madres, Almodóvar construyó un personaje en Dolor y Gloria (2019) que cohesionaba a todas aquellas maternidades que plasmó durante toda su trayectoria como cineasta y que, sobre todo, fue un fiel registro de la más importante de sus musas: su madre. Dolor y Gloria, una de las películas más autobiográficas del director español, recorre una historia que va de extremos: registra la vida y los recuerdos de un hombre vivió con una madre que desde muy niño le enseñó, a pesar de todas las carencias que tuvo, todo lo importante que tenía que aprender para afrontar la vida. Ahora ese niño, ya adulto, tiene que enfrentar la pérdida de su madre y la nostalgia de los recuerdos que le quedan. Es la gloria por la que atraviesa el protagonista (Antonio Banderas), siendo un reconocido y exitoso director de cine, la que no basta para salvar a la persona que más quieres cuando el dolor que deja la pérdida es mucho más fuerte. En este filme, la madre (Julieta Serrano), en sus años más sinceros, es un reflejo de honestidad pura, es una madre capaz de hacer reclamos y de admitir, a la cara, las cosas del hijo que le duelen: “No fuiste un buen hijo”. Y es, a su vez, una de las cartas de perdón más sinceras que hay sobre todas esas cosas que los hijos hubieran querido decirles a sus madres y lo que, posiblemente, las madres quisieron decirles a sus hijos.


Penelope Cruz en "Dolor y Gloria". Fuente: Harpers Bazaar

De esa forma, vemos que son las madres almodovarianas las que recordamos como esas mujeres imperfectas que actúan con total libertad desde lo más profundo de sus pasiones. Son aquellas auténticas e irreverentes, envueltas en un rojo intenso, que durante toda su vida, o en el transcurso de lo que dura su película, demostraron su innegable capacidad de ser ellas mismas, de amar con las entrañas y, al mismo tiempo, de sentirse libres de ser cumplir, o no, con una maternidad a partir de deseos y errores que sean solamente suyos.


Referencias utilizadas:

 

Fernando. [@F.ernando] (29 de Agosto del 2019) Palabras de Lucrecia Martel a Pedro Almodóvar en el Festival de Venecia [Archivo de video]. https://www.youtube.com/watch?v=zDfLc5l-T2o 

           

Almodóvar, P.; Duncan, P. & Molina, V. (2011). Los Archivos de Pedro Almodóvar. TASCHEN.

 





 

 




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