Un documental dirigido por Liam Firmager, en el intento por preservar la historia de un ícono del rock femenino, Suzi Quatro.
Por Sebastián Zavala Kahn CRÍTICAS / VIDEO ON DEMAND
Fuente: IMDb
No me sorprendería si, como yo, nunca han escuchado la música de Suzi Quatro. Se trata de una cantante y bajista de rock que, a pesar de haber contribuido de manera significativa al desarrollo del género —especialmente en lo que se refiere a la participación de mujeres en el mundo de la música—, no ha sido recordada por muchos, y que, de hecho, ni figura en la mayoría de listas, artículos o recopilaciones de los mejores artistas de rock de la historia. Pero como se deben imaginar, el documental Suzi Q (2019), de Liam Firmager, pretende corregir este error.
Sin embargo, ese no es su único objetivo. De hecho, Suzi Q comienza de forma suficientemente interesante, y se va desarrollando de tal manera que uno se interesa en la vida de Quatro —sus logros, sus altibajos, sus relaciones profesionales y personales—, sin estar considerando su importancia histórica de manera consciente. El filme narra la historia de cómo esta artista de Detroit, pequeña y de carácter fuerte, logró un éxito impresionante en Europa, convirtiéndose en una de las rockeras más importantes del continente. Pero desgraciadamente, también deja en claro que nunca pudo resaltar en su país de origen, siendo eclipsada constantemente por otras bandas.
Es una historia algo triste, pero que logra redimir de cierta manera a Quatro. Lo que tenemos acá es una artista hecha y derecha —cosa que se puede ver de manera muy obvia en las imágenes de sus conciertos y presentaciones televisivas—, un monstruo en el bajo, y una de las cantantes más impresionantes de los setenta y ochenta. Y más importante, incluso, terminó siendo una clara influencia para artistas de la talla de Joan Jett, Debbie Harry, y Kathy Valentine, quienes evidentemente aparecen en el documental como para darle un poco de credibilidad adicional a los talentos de Quatro. En pocas palabras: sin Suzi, ellas no existirían, y el rol de la mujer en el rock and roll sería muy diferente hoy en día.
Fuente: IMDb
¿Por qué es, entonces, que Suzi Quatro no es tan recordada hoy en día? Y más importante, incluso: ¿por qué nunca llegó a tener mucho éxito en los Estados Unidos? Suzi Q tiene varías teorías, la mayoría de ellas presentadas de manera algo superficial, desgraciadamente. La más creíble —y desafortunada—, tiene que ver con la sociedad extremadamente machista de la época, en la que mucha gente —principalmente los dueños y ejecutivos de las disqueras— no creía que una mujer se podía desenvolver de la misma forma que un hombre en el escenario. Pero también estaban el público y los medios; consideren, si no, un desagradable momento, presentado en el documental, en el que un “periodista” británico le da una bofetada en el trasero a Suzi en plena transmisión televisiva.
No se puede negar que las mujeres del rock no eran tomadas en serio en los años sesenta y setenta, y que Suzi tuvo que librar muchas batallas para poder hacer lo que ella amaba hacer. Pero Suzi Q también resalta el hecho de que, gracias a que ella tuvo que librar dichas batallas, muchas otras artistas pudieron crecer y convertirse en grandes músicos. Por eso, ella es tan importante para el mundo de la música comercial.
Es posible que pocos la recuerden en los Estados Unidos, y que bandas y cantantes posteriores a ella hayan dejado una marca más reconocible en el rock and roll, pero ella es la que lo comenzó todo: la primera bajista mujer en convertirse en una verdadera estrella de rock, sin ser manipulada o controlada por nadie. Ello no quiere decir, lastimosamente, que nadie haya querido menospreciar su trabajo. Los productores Chapman y Most nunca perdían la oportunidad de incluir sus nombres de manera prominente en sus discos, y aunque Quatro declaró múltiples veces que ella “nunca podría ser manipulada”, el hecho de que mucha gente tuviera dudas puede haber dañado de forma significativa a su carrera. Pero si Suzi Q no resuelve estos misterios, es precisamente porque parecen ser prácticamente imposibles de solucionar. Quatro lo tenía todo: el talento, la actitud, el estilo y los recursos. Por algo funcionó en Europa y Australia. De repente no estaba “destinada” a tener éxito en su país natal.
Fuente: IMDb
No obstante, Suzi Q también desarrolla, de manera un poco más exitosa, su vida familiar. Después de todo, Quatro no solo buscaba la aprobación del público; también quería demostrarle a su familia que podía ser exitosa sin su ayuda. Quatro comenzó en una banda de rock con sus hermanas, pero la dejó para hacerse famosa por su cuenta, lo cual creó cierto resentimiento en su familia. Su hermana mayor lo niega, pero la yuxtaposición de ciertas imágenes en el documental, así como el hecho de que su padre recién expresó orgullo por ella cuando se puso a actuar en obras musicales, ciertamente ayuda a expresar lo contrario. Suzi Q deja en claro que Quatro tenía problemas sin resolver en los Estados Unidos tanto a nivel personal como profesional, lo cual también pudo haber afectado el desarrollo de su carrera.
Sin embargo, y a diferencia de las historias de otros músicos, Suzi Q no nos presenta a un personaje particularmente complicado o sufrido. La vida de Suzi cuatro no incluye alcohol, sexo o cocaína. De hecho, uno nota casi inmediatamente que ella siempre fue una mujer con convicción, decidida a entregarse a la música con todo su ser, y a trabajar incluso cuando otros le decían que no podía o no debía hacerlo. Esto hubiera podido resultar en un documental algo soso, pero felizmente Firmager le permite a uno conectar con Quatro, y entender sus problemas personales y profesionales, así como los conflictos en lo que se involucraba. No es nada tan intenso o alocado como uno esperaría de cualquier otro documental sobre una estrella de rock, pero igual resulta intrigante.
Disfruté, por ejemplo, de la sección dedicada a su personaje en Días felices (Happy Days, 1974). Sí, para quienes no lo recuerden, Quatro actuó en varias temporadas de la famosa serie protagonizada por un joven Ron Howard, interpretando a una rockera cincuentera llamada Leather Tuscadero. Fue ese trabajo, junto a una balada llamada “Stumblin’ In”, lo que le permitió entrar, aunque sea brevemente, en el imaginario colectivo norteamericano… no como una artista de rock and roll, sino más bien como una actriz bastante talentosa, capaz de interpretar canciones suaves y románticas. Evidentemente, eso no es lo que ella le quería ofrecer al público de dicho país, necesariamente, y de repente es por eso también que su éxito no fue muy duradero.
Independientemente de lo poco que uno pueda recordar a Quatro, ya sea por su personaje en Días felices, o por alguna de sus canciones que hayan sido incluidas en los top ten, no hay duda de que es una figura del mundo musical que merece ser recordada, especialmente debido a sus contribuciones al rol de la mujer en el rock and roll. Si bien el documental maneja un tono triste por el poco éxito de Quatro en su país natal, concluye de manera suficientemente esperanzadora, con una artista más activa que nunca, manejando un canal de YouTube, sacando nuevos álbumes, y dando conciertos llenos de energía y de música de la buena. Ya era hora de que Quatro fuera reconocida como lo que es: una de las figuras más importantes e infravaloradas del rock and roll. Espero que Suzi Q ayude, al menos, a que más gente reconozca su música.
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