La secuela de Mandao of the Dead, la película indie de culto dirigida por Scott Dunn, nos presenta una nueva faceta de los absurdos personajes Jay y Jackson.
Por Sebastián Zavala Kahn CRÍTICAS / AMAZON PRIME VIDEO
Cuando Mandao of the Dead se estrenó hace un par de años, pocos habrían sospechado que la película se convertiría en un clásico de culto. El director, guionista y protagonista, Scott Dunn, pudo desarrollar una exitosa campaña de crowdfunding para producir una secuela. Y aunque podría decirse que Mandao Returns repite las ideas de su predecesora, también se puede admitir que funciona como una continuación de la historia. La película resulta una experiencia divertida, ligera y por momentos algo perturbadora.
Al igual que en la primera película, nuestro protagonista es Jay Mandao (Dunn), el heredero del imperio de cereales Mandao. Luego de un pequeño accidente que involucra sopa de pop corn, Jay y Jackson (Sean McBride) se mudan a la casa del primo Andy (Sean Liang), quien trabaja como médium, a pesar de que no puede contactarse de verdad con los muertos. Jay y Jackson se ven obligados a ayudarlo con la estafa. Su primer cliente es Ted Williams (Jim O’Doherty), quien quiere hablar con su cliente recién fallecida, Aura García (Jenny Lorenzo).
Pero como las cosas no podían ser tan sencillas, Jay termina utilizando sus poderes de proyección astral para comunicarse con Aura, quien le revela que murió de sobredosis. Así, le ruega que regrese en el tiempo para evitar su fallecimiento. Eventualmente, se enteran que Aura García trabajaba para The Population, una secta dedicada a los sacrificios humanos. Aunque Jay y Jackson no son particularmente heroicos, deciden detener a Aura, quien planea asesinar a Ted para complacer a los líderes del culto. Por supuesto, las cosas no salen bien inicialmente, y mientras más viajes astrales realizan y más tratan de ayudar, más se equivocan.
A diferencia de la primera entrega, Mandao Returns trata de balancear más contenido serio con algunos de los chistes y one-liners que tanto gustaron. De hecho, el filme comienza de manera más o menos sobria, enseñándonos las interacciones entre Jay y su padre (Alexandre Chen) en el plano astral, dando a entender que nuestro protagonista no tiene por qué estar desperdiciando su vida. No es que Dunn y su equipo estén tratando de contar una clásica “travesía del héroe”, pero sí se esfuerzan en demostrar el cambio de Jay gracias a los eventos de la película anterior.
Mandao Returns guarda muchas similitudes con la primera película, lo que hace que esta nueva producción se sienta algo redundante. No obstante, entre la mezcla de tonos ya mencionada, y algunos giros narrativos bastante inesperados, Mandao Returns eventualmente logra obtener una identidad propia. Especialmente, cuando se trata de desarrollar escenas perturbadoras, protagonizadas por villanos que, al menos hasta cierto punto, logran sentirse bastante intimidantes. Después de todo, esta vez Jay, Jackson y Andy están luchando contra una secta que sacrifica humanos, lo cual hace que muchos de sus intentos por arreglar las cosas se sientan más tensos y emocionantes.
Mandao Returns nunca se toma demasiado en serio a sí misma, por lo que no se espera que sea un filme de terror o de suspenso particularmente escalofriante. La película es más como El ejército macabro (1992) de Sam Raimi, solo que en vez de zombis y libros satánicos, junta elementos como proyecciones astrales y viajes en el tiempo, además de intercambios de cuerpo —con diálogos doblados y todo. El filme se torna rápidamente en una sucesión de eventos chiflados, en la que nada es explicado a detalle.
La película repite los hits de su predecesor, pero a la vez, desarrolla suficientes situaciones novedosas y presenta suficientes personajes nuevos, como para que no se sienta como un simple refrito. El filme se siente como una verdadera secuela, dispuesta a expandir el mundo en el que se lleva a cabo la historia, pero sin perder el encanto de la primera entrega. La dirección de fotografía sigue aprovechando los colores fuertes y los efectos visuales simples pero efectivos para las escenas en el plano astral, y la banda sonora complementa muy bien la historia. Mandao Returns es una comedia sobrenatural discreta pero encantadora, además de breve, pues no dura más de 80 minutos. De hecho, no me importaría que saquen una tercera parte. Creo que hay mucho más que explorar en el universo de Mandao.
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