La vida amorosa de Darby Carter se siente como un retrato de las distintas experiencias románticas por las que pasa una persona antes de alcanzar su estabilidad emocional.
Por Vanessa Nina CRÍTICAS / HBO MAX
Love Life es una serie de 10 capítulos que sigue la vida amorosa de Darby Carter, una joven que busca una conexión romántica con un hombre, en la ciudad de Nueva York. La trama sencilla permite profundizar en los traumas de Darby y dar una explicación a su desesperada búsqueda de amor. En resumen, la serie creada pro Sam Boyd procura develar el lado cruel de las relaciones amorosas, rompiendo un poco el mito del “amor de tu vida”. Boyd nos muestra desde el primer capítulo que no es suficiente que dos personas se amen para que estén juntas. Como lo advierte la introducción: “una persona habrá encontrado al amor de su vida después de 7 relaciones, 2 de esas veces la persona se habrá enamorado en serio y también le habrán roto el corazón”.
Cada capítulo de Love Life está dedicado a un novio, una aventura o un rechazo que vivió Darby. Desde un inicio sabemos que la protagonista está buscando tener una conexión especial con otra persona y curiosamente cuando lo consigue es cuando el conflicto surge. Vemos a la protagonista perderse en los deseos del otro. Sin darse cuenta, Darby se somete a los sueños y objetivos de su pareja, pues detrás de ese sacrificio está lo que tanto ansía: sentirse amada.
Lo interesante viene cuando Darby comienza a ser consciente de que no es feliz en su relación. A pesar de sus esfuerzos por quedarse al lado de su pareja las dudas surgen. Así, lo más valioso de la serie aparece cuando la vemos buscar respuestas y consejos. En lugar de quejarse con una amiga en medio de un bar de Manhattan, como lo haría Carrie Bradshaw, Darby se enfrenta a la crudeza de una primera sesión psicológica. Y no es que la serie demuestre la terapia psicológica como la panacea, por el contrario, retrata la sesión como un hecho crudo. Es así que, sin la intensión de ridiculizar al personaje, vemos cómo todo el esfuerzo por sanar recae sobre la propia Darby.
La serie revela el nuevo paradigma de las relaciones amorosas: la salud mental. Es claro que el tema del bienestar individual ha tomado un lugar relevante en nuestra sociedad, pero aún es poco común verlo reflejado en series del género comedia. Anna Kendrick hace un trabajo increíble al permitirnos sentir el nerviosismo y la desconfianza de quien se encuentra a punto de contar sus miedos. Lo que queda en evidencia cuando dice que “así es la terapia en la vida real…”.
Love Life también toca temas como la maternidad y las amistades tóxicas, profundizando en los personajes secundarios que rodean a Darby. A lo largo de la serie se explican los traumas de la madre y por qué de alguna manera las experiencias que vivió la llevaron a tener una actitud distante con su hija. Esto nos permite entender la complejidad del personaje, no solo como la madre, sino como una mujer con identidad propia.
Por último, lo mejor de la serie es el formato de 10 episodios, de aproximadamente 30 minutos cada uno, por lo que no implica un gran compromiso temporal. En ese sentido, el formato complementa el mensaje de la serie: hay que aprender a dejar ir. Las series, de alguna manera, nos han acostumbrado a historias inconclusas, que nos llevan a asimilar los finales con la pérdida de algo (depresión post serie). En Love Life, el final un alivio, es una despedida a las heridas de la infancia.
Comments