Con el regreso a clases después de las vacaciones de mitad de año en el país, no está de más hablar de algunas películas ambientadas en contextos estudiantiles. Ya sea en escuelas o universidades. Estar en estos espacios implica interactuar con personas de diversa índole y vivir etapas en las que se aprende mucho, no solo en lo académico, sino también a través de experiencias personales que contribuyen al proceso de maduración. Estas diez películas están en orden cronológico y pueden tener en algunos casos un lado controversial o provocador.
Por Francisco Torres ESPECIALES / EDUCACIÓN
Muchachas de uniforme (Mädchen in Uniform, 1931) de Leontine Sagan
La historia narra cómo la protagonista, tras perder a sus padres, es internada por su tía en un colegio para hijas de oficiales. Allí se impone una estricta disciplina, siguiendo el ideal de la directora de la institución, quien busca formar a las estudiantes según sus propios criterios. La película muestra las experiencias de la protagonista, dando a entender que gran parte de las alumnas están enamoradas de la profesora Von Bernburg. Es considerada una obra avanzada para su tiempo por su representación de un interés amoroso LGBT. Con el guion se aprovecha el subtexto para explorar la relación entre las alumnas y la profesora. Los diálogos a menudo revelan más de lo que se dice explícitamente, reflejando la tensión emocional y el deseo reprimido que son temáticas ejes en la cinta. Igualmente, el lenguaje corporal entre Manuela y la profesora está lleno de gestos sutiles que sugieren una conexión emocional profunda. Los toques ligeros, las miradas prolongadas y las sonrisas compartidas son claves para transmitir la atracción y la intimidad que existe entre ellas. Esto se enfatiza visualmente con planos cerrados que permiten enfatizar esa cercanía que estos personajes logran tener.
Además, la película ofrece una crítica incisiva al autoritarismo en la educación. A través de la vida en el internado, se revela cómo el exceso de control y represión puede afectar la libertad y el desarrollo emocional de las jóvenes. La cinta no solo explora los sentimientos complejos de sus personajes, sino que también cuestiona un sistema educativo que privilegia la obediencia ciega sobre la individualidad y el cariño.
Cero en conducta (Zéro de conduite, 1933) de Jean Vigo
La cinta habla de cómo un estudiante de un internado que es represivo con sus estudiantes se organiza para realizar una revuelta junto a sus compañeros, y de esa forma tomar control del lugar. Con una premisa aparentemente sencilla, esta obra se ha convertido en un pilar del cine sobre la rebeldía juvenil. Su influencia es evidente en muchas películas posteriores, como Los 400 golpes de François Truffaut, quien rindió homenaje a esta película en su ópera prima.
A nivel de imagen, la película muestra ralentís que son fundamentales para el tono surrealista y poético de la escena de las almohadas. Vigo utiliza esta técnica en el movimiento de las almohadas en la pelea para crear un efecto de ensueño y elevando la acción a un nivel casi etéreo. Es esa desaceleración la que permite que el espectador aprecie cada detalle de la batalla, transformando lo que podría ser una simple broma en un espectáculo visual encantador y onírico. La escena de las almohadas es un símbolo de la rebelión contra la autoridad opresiva del internado. Al hacer que el caos se vea bello y poético, el director destaca la capacidad de los estudiantes para encontrar libertad y expresión incluso en un entorno que los restringe. La escena también captura la esencia del mundo infantil, donde la perspectiva de los niños convierte lo ordinario en extraordinario. La pelea de almohadas se transforma en un acto de imaginación pura, reflejando la vitalidad y el espíritu creativo de los jóvenes frente a la opresión.
Los 400 golpes (Les 400 coupes, 1959) de François Truffaut
Una película semiautobiográfica del director que se centra en el problemático Antoine Doniel, un joven que no es muy querido en casa por su madre y su padrastro. Como estudiante, debido a la falta de atención en casa, suele hacer travesuras que irritan a su profesor, el señor Sopruss. Con todo en su contra al no tener apoyo de su familia, el protagonista encuentra refugio en la amistad con René, otro compañero de su colegio.
Esta obra refleja muy bien el ambiente escolar de la época y la sociedad francesa gracias a un estilo documental que es característico de los primeros años de la Nouvelle Vague. Ayuda bastante el uso del blanco y negro, ya que al ser carente de colores que pueden distraer, uno se da cuenta de la cruda realidad que le toca experimentar al protagonista. Además, el granulado en la imagen refuerza la idea de ese ambiente hostil y marginal en el que se desenvuelve Antoine. Suma mucho también que las actuaciones son bastante naturalistas y con un guion que permite la improvisación de los actores. Esto hace que el realismo se sienta de manera auténtica sin la artificialidad que puede significar tener una historia tan rígida con los diálogos. Por otro lado, la edición de la película es a menudo abrupta, lo que contribuye a la sensación de aspereza documental. Los cortes son a veces imprevistos, reflejando un estilo de montaje que evita la fluidez estilizada y favorece una más directa y espontánea.
If…, (1968) de Lindsay Anderson
Esta obra trata sobre la rebelión de un grupo de estudiantes de grados inferiores en un internado contra los mayores y los profesores, quienes son abusivos con ellos. Con escenas que alternan entre blanco y negro y color, hay una clara intención de representar cómo el miedo y la represión se imponen socialmente en estas instituciones. La película aborda estos temas desde un enfoque tanto dramático como satírico. Al ver las situaciones que los estudiantes tienen que soportar, uno se pregunta cuál es realmente la necesidad de someter a alguien a ese tipo de castigo físico y mental. Además, el mensaje no solo se centra en la dominación impuesta en estos lugares, sino que también refleja cómo en el mundo real, en las calles británicas de la época, se repetía ese mismo patrón de dominancia hacia el más débil.
Cabe destacar también la excelente actuación de Malcolm McDowell quien, como protagonista del filme, construye un personaje con claros matices de moralidad. Este asemeja mucho a lo que años después se vería con su interpretación de Alex Delarge de La Naranja Mecánica. Ese desenfreno lleno de ímpetu para romper las normas. La rebeldía juvenil se encarna en ambos personajes al ser quienes por el descontento social y alineación que sienten realizan toda clase de actos violentos y crueles. Todo esto se logra gracias al carisma y manipulación tanto de Mick Travis como de Alex Delarge, quienes lideran a sus pares.
El club de los Cinco (The Breakfast Club, 1985) de John Hughes
Esta cinta, para bien o para mal, marcó un antes y un después en las películas sobre adolescentes. La historia trata de cinco chicos, cada uno con características estereotipadas, que son castigados por distintos motivos y deben pasar todo un sábado en la biblioteca del colegio al que asisten. Es en ese lugar donde, a pesar de las diferencias, encuentran la manera de congeniar y tratar de entenderse unos a otros. Sin duda, la forma de reunir a un grupo de personas que parecen no tener nada en común en un mismo sitio, que termina siendo casi como una sesión de terapia grupal, ha servido de inspiración para diversas series y películas posteriores. Esa idea de castigo en un mismo espacio, se da de manera que distintos personajes puedan llegar a conocerse entre ellos y así mismos llegando así a conclusiones satisfactorias. Sea una biblioteca, un ascensor, una cárcel, etc. El hecho de quedar encerrado o retenido con personas con las que uno no se lleva bien o con quien cree no tener similitudes permite a nivel narrativo acercar a los personajes y que juntos tengan un momento en el que expresen sus sentimientos de manera significativa.
Por su puesto que el concepto mismo de tener un lugar de retención en el colegio es un elemento recurrente sobre todo en películas ambientadas en estos espacios, ya que es una etapa en la que la autoridad es muy presente al ser un periodo en el que la relación entre profesor y alumno es casi parental porque los estudiantes todavía no tienen esa madurez de enfrentar al mundo por si solos, aunque esto suele cuestionarse en películas como The Breakfast Club, ya que se llega a una conclusión de que sin importar el castigo de fondo, la figura de autoridad los seguirá viendo como menos.
¿Dónde está la casa de mi amigo? (1987) de Abbas Kiarostami
La película está ambientada en la escuela del pueblo de Koker, al norte de Irán. En esta un estudiante llamado Mohamed no ha hecho los ejercicios en el cuaderno, y el profesor lo amenaza con expulsarle de la escuela si vuelve a repetir la misma falta. Esa misma tarde, su compañero Ahmed toma por equivocación el cuaderno de Mohamed; cuando se da cuenta, decide ir a buscar la casa de su amigo para devolvérselo. Comenzado como un problema sencillo, el director aprovecha el recorrido de aquel niño para reflexionar sobre la importancia de prestar atención a las dificultades que enfrentan los niños, dificultades que, aunque a los ojos de los adultos puedan parecer insignificantes, para los más jóvenes representan desafíos de gran magnitud.
Hay una estética cercana al neorrealismo, porque el estilo de la historia está entre la ficción y documental. Es particularmente notable en la escena en la que Ahmed se dirige a la cámara, preguntando si alguien ha visto la casa de su amigo. Este estilo de interacción añade una capa de autenticidad y refleja la proximidad entre los personajes y el mundo real. Es así como se establece una cercanía con el espectador. Además, que el ritmo se da de manera pausada y contemplativa permitiendo retratar en cámara de manera cercana a lo real el entorno rural de esa zona de Irán.
La sociedad de los poetas muertos (Dead Poets Society, 1989) de Peter Weir
Película que habla sobre el compañerismo durante la universidad y maneras distintas de aprender. Quién no ha tenido en su etapa universitaria a algún profesor que los marcó y ese sentimiento de pertenencia al estar rodeado de personas con tus mismos intereses. La obra de Peter Weir habla de cómo un nuevo profesor de una institución educativa bastante conservadora les enseña a sus estudiantes el curso de literatura de una forma bastante peculiar. Es significativa por su impacto cultural y la manera de retratar las relaciones de hermandad que se forjan en esta etapa de la vida y un sano vínculo entre profesor y alumnos que resulta entrañable.
Escuela de Rock (School of Rock, 2003) de Richard Linklater
Este filme es una divertida comedia sobre cómo un guitarrista expulsado de una banda logra hacerse pasar por profesor en una escuela. Al descubrir que sus alumnos son bastante talentosos con los instrumentos, decide formar con ellos una banda de rock para participar en un concurso. Con un estilo dinámico y divertido, el guion de la película está lleno de diálogos rápidos y chistes ingeniosos que contribuyen al tono humorístico. Los comentarios sarcásticos de Dewey, las respuestas agudas de los estudiantes y las situaciones absurdas que se presentan en la escuela crean una atmósfera cómica que mantiene al espectador entretenido. Además, se usa movimientos de cámara rápidos y fluidos que acompañan la energía de las escenas, especialmente durante las actuaciones musicales. Las tomas enérgicas y los movimientos de cámara ágil ayudan a capturar la vitalidad del rock y el entusiasmo de los personajes. Es por tanto muy acorde a un grupo de jóvenes buscando una forma de manifestarse por medio de la música y el carácter irreverente de un profesor que no se rige bajo las normas comunes de una escuela.
La película transmite un gran mensaje acerca de potenciar y apoyar el talento de jóvenes que están en etapa de formación. A través de la música, los estudiantes encuentran una nueva forma de expresarse y enfrentarse a sus problemas personales. Además, School of Rock se permite explorar problemáticas familiares e inseguridades que afectan a los estudiantes de esa escuela. Esto hace recordar que dentro de las aulas hay varias historias particulares que van sucediendo en simultáneo sin que uno a veces se percate, ya que cada estudiante es un mundo por sí solo.
Elefante (Elephant, 2003) de Gus Van Sant
Esta controvertida película narra los hechos que sucedieron en el suceso real conocido como la masacre de la escuela secundaria de Columbine. La película tiene una narrativa bastante experimental, por lo que no sigue los parámetros normales de una construcción lineal de los hechos, sino que ofrece múltiples perspectivas de los personajes, incluidas las de los protagonistas que perpetraron la matanza, Alex y Eric. Así, la cinta incluye secuencias ocurridas en paralelo y flashbacks que están fragmentados a lo largo del filme. Destaca igualmente el apartado visual por el uso de varios travellings con la cámara y planos secuencia para retratar la vida de los estudiantes en las aulas. Esto no solo intensifica la atmósfera de tensión, sino que también subraya la fragilidad de los momentos cotidianos, mostrando cómo la rutina puede desmoronarse en un instante.
L’Esquive (2004) de Abdellatif Kechiche
La historia sigue a Krimo, un joven que vive en los suburbios de París. Para acercarse a Lydia, la chica de la que está enamorado, decide suplantar a un amigo en el papel principal de una obra de teatro escolar. Aunque su intención inicial es conquistar a Lydia, pronto descubre que interpretar su rol no es tan sencillo como esperaba. A medida que se esfuerza por memorizar los diálogos, Krimo se enfrenta a sus propias inseguridades y limitaciones, lo que le lleva a cuestionarse si su plan realmente lo acercará a la chica de sus sueños o lo alejará más de ella.
Esta cinta ofrece un retrato auténtico de la vida en los suburbios parisinos, capturando no solo los desafíos y tensiones de la adolescencia, sino también la dinámica de una sociedad francesa moderna. A través de las vivencias de Krimo y sus compañeros, se exploran temas como el amor, la amistad y las dificultades cotidianas en el colegio. Para poder mostrar esto, Kechiche utiliza frecuentemente primeros planos y encuadres cerrados para capturar las emociones y las reacciones íntimas de los personajes. Estos permiten una inmersión del espectador en las experiencias personales de los adolescentes, creando una conexión emocional. La proximidad de visual aumenta la tensión al mostrar las expresiones faciales y las interacciones de los personajes con detalle. Sumado a esto, los movimientos de cámara a menudo siguen a los personajes de cerca a manera de representar la presión que sienten por estar una etapa donde puedes encontrarte con un entorno donde la gente juzga muy fácilmente.
Está claro que la etapa estudiantil no es fácil ya que representan muchos retos que ponen a prueba las emociones y el estado mental de las personas pero que también dan momentos especiales de camaradería y unión. Estas películas representan en gran medida aspectos positivos y negativos de estos entornos, así como críticas interesantes a formas de dominación que pueden ser rígidas y los mecanismos que puedan ayudar a sobrellevar esto, siendo algunos correctos como otros mostrando las consecuencias de no dar rienda a la autonomía.
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