El cineasta peruano Jano Burmester ha estrenado su opera prima, el largometraje documental Hogar, después de un proceso de filmación de más de 10 años. En estos momentos tiene un recorrido por distintas ciudades del Perú (su próxima proyección es este jueves a las 8 de la noche en la sala Armando Robles Godoy). Además, es parte de la competencia nacional de la próxima edición de la Semana del Cine. Conversamos con el realizador sobre la película, el desarrollo de ella, sus referentes, su opinión sobre la “Ley Tudela” y más.
Por José Carlos Cabrejo ENTREVISTAS / CINE PERUANO
Hogar relata la búsqueda introspectiva de Jano Burmester, director de la película. Trata de encontrar quién es después de un accidente que tuvo a los 13 años, que le hizo perder muchos recuerdos de su vida. A partir de material de archivo, como películas caseras filmadas en 8mm y fotos, la película se construye a través de una memoria por momentos esquiva. El cineasta transita entre el pasado y el presente, juega con los testimonios de familiares y amigos, el archivo y los espacios, para elaborar un mapa del dolor.
Tu película Hogar posee elementos en común con películas recientes, que trabajan el asunto de la memoria. Tú lo haces desde una perspectiva más íntima y familiar, en referencia a aquel accidente que te quitó gran parte de tus recuerdos. ¿Cómo así lograste abrirte al espectador para hablar de un problema tan interior?
Yo creo que ese proceso de abrirme sucedió casi al final de los 12 años de rodaje. Creo que pasaron casi tres años antes de ganar DAFO en el 2021 para el estímulo de post producción. Yo ya me había dado cuenta de que estaba buscando mi memoria fuera de donde vivo actualmente, al haber estado en Alemania, Holanda e Ica. Yo sabía que era el narrador y me preguntaba por qué busco tanto más allá del país. Ello me conduce al accidente, al hurgar dentro de mí. Para mí es fundamental realizar un autoanálisis, una suerte de arqueología familiar. Cuando decido involucrarme aparecen nuevos recursos, como la confesión o la voz. Se evocaba momentos singulares, en base a las huellas y heridas que tenía mi familia. Sobre esas yagas construía la película, que remite al accidente y a la muerte de mis hermanos, al no poder encontrarlos y al no hallarme en las imágenes que veía. En éstas, que las encuentro como un tesoro en casa, encuentro el camino para descubrir que yo sí era parte de esta familia. Si bien con el accidente se habían borrado recuerdos de mi niñez, no había olvidado que mi familia se juntaba en la sala de mi casa, que mi papá sacaba un proyector y se creaba una “función de cine”, pero de fotos. A partir de eventos en los que no había estado, registrados en fotos, hago una búsqueda en las casas y lugares en los que pude notar visualmente la felicidad de mi familia. Quería regresar para que mis padres vuelvan a ver esos lugares. Yo le pregunté a mi padre por qué no aparecía en varias de las viejas fotos, a lo que me respondió que no fue necesario, haciendo énfasis en que yo estoy haciendo mi película y que no hubo necesidad de que se me registre. Así, me acerco al cine, a través de la fotografía, y llego en particular al celuloide. El Super-8 se vuelve parte de la propuesta artística. Mi padre lo hacía y lo hago yo también para empalmar el pasado con el presente, como si fuesen neuronas. De esta manera logré la forma de la película. Busqué afuera, y al final decidí buscar adentro. Lo que hallo en mi interior es sufrimiento, pero fue un proceso hermoso. Creo que el arte puede trabajar sobre eso que no quieres hablar. Al fin y al cabo, hay mucha gente que puede identificarse con ese dolor.
¿Cómo tus seres más cercanos aceptaron participar en la película? ¿Hubo algún tipo de resistencia al comienzo?
Yo filmé en mi casa siempre. Mi familia está acostumbrada a ser grabada. Hogar me ha acompañado toda la vida, más de 10 años. Incluso antes de que yo naciera. Las historias nos siguen. Yo pienso que tengo una facilidad para hacer actuar a la gente. La casa en la que hice parte de la película es la casa en la que he grabado siempre. Tanto en ficción como documental he hecho actuar a mi familia, a mi tía o a mi hermana. Así sucedió con Marcelita o con Regreso. La siguiente película ya sale de la conexión con los espacios que he habitado. Siempre he colocado cámaras en todos lados, conectando a los seres queridos y a la vez volviéndome invisible. La gente que me conoce, no le jode que ponga una cámara a su costado. Mi personalidad ha ayudado a eso. Determino qué escenas son las más importantes, cuáles hago solo con el personaje y en cuáles meto crew. Por eso elijo a una persona que tenga mucha empatía y consciencia que voy a grabar por mucho tiempo. Debe tener mucha energía en este proyecto. Mis padres nunca tuvieron dificultad, hasta que gano el premio de la DAFO y así se realiza la escena principal, la más importante. Al comienzo hay un poco de censura porque no querían que aparezcan situaciones tan feas. Como artista siento que mientras más trabajo, más hablo, mejor me va a ir. A veces no se habla de lo que nos pasa. Dirijo mi arte a lo que no se quiere decir. Así demuestro mi amor por el cine, por la gente y por mí mismo, para poder salvarme. Por mi lado, he formado grupos de trabajos que me siguen en varias películas. Me parece valioso ese proceso de cine directo, en el que el audio no es tan bueno y poco a poco va evolucionando. En este caso siento que ha habido un progreso, he madurado con esta película, hablando de lo que no hablaba antes. He colocado una grúa encima de ellos para hacer un plano cenital cuando despiertan. Hemos filmado también en la cocina. Algo se vuelve ficción dentro del documental, al solicitarle a quienes participen que jueguen y hablen de cualquier cosa. Lo importante para mí era el crew, que sea sólido y que tenga empatía con mis padres. Desayunábamos y luego grabábamos. No usaba luces, estas eran naturales y solo empleábamos sonido directo. En todos los viajes mis papás se conocían con el equipo y formaban un lazo. Era importante para que todo fluya con el alma de la película.
En todo el proceso de creación de Hogar, ¿quizás has pensado en referentes cinematográficos? ¿crees que hay ciertas películas o directores que han marcado la manera que has abordado tu propio cine?
Hay una película de Alain Berliner, Nobody’s Business (1996), de la que me interesó su manejo de la cámara y la voz en off. La vi, me gustó y me interesó bastante como este mayordomo del filme se acerca a una casa vacía. Mi referente también es César Vallejo, en particular su poema en prosa No vive ya nadie en la casa…. En los versos, se señala que las casas antiguas tienen alma y las nuevas no. Yo siempre trato de alejarme de mis referentes y que la intuición me dirija. Cuando estaba montando vi Tarachime (2006) de Naomi Kawase que es una película muy íntima, y también Daguerréotypes (1976) de Agnès Varda, en la que filma a sus vecinos. A largo plazo quiero hacer una buena película comercial, pero no banal, sino una que realmente impacte. Primero quiero que me conozcan como alguien imperfecto, roto, con problemas. Me gusta el montaje de Jordana Berg en Edificio Master (2002) de Eduardo Coutinho. Sus entrevistas me dieron una idea de cómo realizarlas con mis padres y a la vez colocar el espejo y verme. En cuanto a espejos, se hallan los usos respectivos de Wong Kar-wai o Takeshi Kitano. Cuando me di cuenta de que filmé por 7 años, los cuerpos cambian como el mío, lo que podía generar algo interesante en la película.
Justo hace poco volví a ver Chungking Express, y los objetos cotidianos para el personaje de Tony Leung tienen vida propia, como el jabón de ducha. Su departamento es un espacio que actúa como reflejo de uno mismo.
Hace poco dije que tanto en la ficción como en el documental los espacios nos miran. Hay algunos encuadres que corresponden al lugar que nos ve y otros a cómo nos vemos. Hay una propuesta desde la puesta de escena y el montaje, que se integran y son una amalgama que cuentan la historia. Todo tiene un porqué y cuenta una historia.
Tu película surge en media de la polémica sobre la llamada “Ley Tudela”. Mucha gente no sabe cómo es el proceso de hacer una película. ¿Qué necesitaste en términos de recursos y tiempo para hacerla y de qué manera la actual ley te permitió terminar Hogar?
No sabía cuánto podía demorar hacer la película. Muchas veces postulé a DAFO. Llegaba al pitch, pensaba que había ganado y al final no. A pesar de ello no me rendí. Para mí dejar de hacer cine es estar muerto en vida. Usé el sueldo que me pagaban en universidades y lo invertía en rodajes de dos o tres días. Alquilaba equipos y los usaba un fin de semana gastando de 1,500 a 1,800 dólares incluyendo pago al equipo. Fue un proceso de varios años. Empezamos en el 2010 y para el 2017 tuvimos algunos logros. Gané el Talent Docs en Bolivia y luego el Talent Campus en Buenos Aires. En el 2018 pasamos a pitch, pero no gané, 2019 tampoco y 2020 no postulé, pero empecé a trabajar el montaje. Ya había viajado a Alemania, pero faltaba realizar las escenas de Ica y de los submarinos. El fondo de DAFO me ayudó a concluir la película de la mejor manera. Creo que los momentos difíciles hacen que nos juntemos. Yo creo que esa ley se va a archivar. De no hacerlo sería un crimen. Esos estímulos nos ayudan a decir que al fondo del camino hay ayuda. No busco ser rico con esta película, pero sí he buscado que el mensaje llegue a las personas indicadas. Siento que esta película no es para todos, pero quizás para más adelante, cuando tenga más carrera, la gente me va a ver y reconocer mi trabajo. La ley del cine que tenemos ahorita ha funcionado demasiado bien. No debemos derogarla, sino potenciarla. El arte es huella. Filmar en película es necesario, aunque caro. Se vuelve complicado, pero romántico. Sin la película no logras el look cinematográfico. El digital lo logra de alguna manera, pero no es igual. Cada película tiene una plataforma y una estética. Para lo que yo filmo ahora, necesito el filme y usarlo es caro.
Una pregunta doble y final: ¿algo ha cambiado en ti después de Hogar? ¿Dónde se puede ver la película?
Hay un Jano antes de Hogar y uno después. Antes yo no podía hablar de aquellos problemas personales y ahora sí puedo. No puedo decir que estoy totalmente sano, pero sí que estoy enfocado en mejorar. Mi novia me dice que me ve distinto, me ve un poco más calmado. Como ser humano he crecido y me estoy dando cuenta de otras cosas.
Estamos recorriendo diversas ciudades del Perú, en algunos casos en el marco de festivales, como Huancayo, Ayacucho, Trujillo, Cuzco, Urubamba, Lima, Ica, Arequipa, Pucallpa e Iquitos. Estaré presente en las proyecciones para hablar de Hogar. Creo que el cine y el arte pueden generar cambios, y yo soy una muestra de ello.
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