Recientemente se estrenó en cines la última cinta de la ya clásica saga de ciencia ficción. En esta oportunidad son presentados nuevos personajes y conflictos posteriores a la historia de César..
Por Alberto Ríos CRÍTICA / CARTELERA COMERCIAL
Existen pocas sagas de ciencia ficción tan longevas como El planeta de los simios. Estrenada en 1968, la película original ha dado lugar a una decena de obras posteriores entre secuelas, remakes y reboots. El planeta de los simios: Nuevo reino (Kingdom of the Planet of the Apes), dirigida por Wes Ball (The maze runner), supone el inicio de una saga de secuelas a la trilogía protagonizada por el simio César, integrada por El planeta de los simios: (R)Evolución (2011), de Rupert Wyatt; El planeta de los simios: Confrontación (2014), de Matt Reeves; y El planeta de los simios: La guerra (2017), también de Reeves.
Aquí nos encontramos, varias generaciones después de César dentro de la ficción, con un mundo dominado por los primates, mientras que los humanos se han visto obligados a vivir en la sombra. Mientras Proximus César, un nuevo y tiránico líder simio, construye su imperio, un joven simio llamado Noa emprende un angustioso viaje que le llevará a cuestionarse todo lo que sabe sobre el pasado y a tomar decisiones que definirán el futuro de ambas especies. Será a partir de la llegada de una humana distinta a las demás que se desencadenará una chispa que llevará a reflexionar a Noa sobre la posición privilegiada de los simios.
El principio y detonante resulta sumamente clásico. Un grupo de primates, salidos de la zona prohibida, donde habitan los ahora salvajes humanos, ataca la aldea del protagonista, llevándose como esclavos a sus familiares y amigos, los cuales dan por muerto al protagonista en ese incidente. Noa, montado a caballo en clave de wéstern, sobrevive e inicia un viaje de venganza para rescatar a sus seres queridos.
A partir de allí comenzará una serie de encuentros con diversos personajes y la aparición de diversos momentos que recuerdan a la película original protagonizada por Charlton Heston: una zona prohibida, la cacería de humanos por simios a caballo y la aparición de una humana con la capacidad de hablar a la que llaman Nova (mismo nombre que el personaje de Charlton Heston le pone a su pareja). Asimismo, la película explorará asuntos como la tergiversación de figuras religiosas por parte de los simios en el poder para justificar su expansionismo o el papel de la humanidad como especie no dominante del planeta.
Los efectos especiales son quizás el punto más alto de esta película. Con un despliegue visual y CGI que supera al estándar visto recientemente en diversas cintas del cine de superhéroes, Ball logra crear un producto entretenido por sus secuencias de acción y el realismo logrado por la captura de movimiento en las expresiones faciales.
Sin embargo, no está exenta de problemas. La obra pareciera querer tocar diversos temas: las figuras mesiánicas, el aprovechamiento de discursos religiosos, la violencia intrínseca del ser humano, el papel de la evolución y la tecnología como salvadora de la humanidad; pero peca de tener en todo momento el freno de mano puesto, pasando por las diversas ideas que presenta superficialmente sin adentrarse en ninguna. Pareciera no importarle demasiado a su director ir más allá de la superficie, haciendo que la historia de venganza de Noa contra Proximus se sienta muy grande para lo que en el fondo se quiere contar.
Por ello mismo resulta en una cinta que puede pecar de predecible en su historia, con una resolución que no escapa a los tropos del género pero que ofrece un resultado entretenido para quienes disfruten de buenas secuencias de acción en medio de un gran despliegue visual.
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