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Gracias a la organización del Festival de cine Al Este, el director Ryusuke Hamaguchi respondió varias preguntas de periodistas nacionales. Nosotros estuvimos ahí para hablar con el realizador japonés a propósito de su nuevo filme, El mal no existe. El cineasta brindará un masterclass en el marco de dicho festival el viernes 31 de mayo en modalidad virtual.
REDACCIÓN RUEDA DE PRENSA / FESTIVAL AL ESTE
Antes de encontrarnos con Ryusuke Hamaguchi en una sesión de Zoom el lunes de 13 de mayo en la noche, todos los periodistas presentes pudimos ver su última película, El mal no existe (Aku wa sonzai shinai, 2023). Si en Drive my car, su anterior película, los personajes están íntimamente vinculados con escenarios urbanos, en la última entrega de Hamaguchi sus encuadres durativos y rutinarios nos presentan a personajes que más bien están conectados con la naturaleza, ante amenazas provenientes de la ambición capitalista. Así, la película revela un costado próximo con lo salvaje, pero también con lo luctuoso.
A propósito de ello, José Carlos Cabrejo, el director de nuestra revista, le preguntó: “¿Qué crees que influye en tu interés por el tema de la pérdida? En Drive My Car y en tu última película, el tema de la pérdida de un ser querido es muy evidente. Incluso en Asako, aunque la pérdida se aborda más desde un ámbito sentimental, sigue siendo un tema central. ¿Por qué crees que la pérdida vista desde diversos ángulos motiva gran parte de tu trabajo?”. “Últimamente me preguntan mucho esto, quizás es algo que no lo hago tan conscientemente porque nadie vive sin tener perdidas, es algo bastante común”, respondió Hamaguchi. “Podemos decir que esta pérdida de balance y equilibrio es necesaria para que la película avance. Hay como 30 minutos en que la cinta se mantiene estática y si no hay un quiebre el público no va a poder seguir en su rol de espectador, por eso es necesario este tipo de pérdidas”, agregó.
LA INFLUENCIA DE KIYOSHI KUROSAWA
Por otro lado, José Carlos Cabrejo le preguntó por su trabajo como asistente de dirección del cineasta Kiyoshi Kurosawa en Tokyo Sonata (2008), un realizador importante del cine japonés de los últimos tiempos. Le pidió que contara como fue esa experiencia y si Kurosawa de alguna manera ha influido en su forma de abordar el trabajo cinematográfico. “El señor Kiyoshi Kurosawa fue también mi maestro en la universidad”, reveló Hamaguchi. “No sé de qué forma lo vean en Japón o alrededor del mundo, en mi generación fue el director más importante y su influencia ha sido inmensa. Aprendí demasiadas cosas del de él, tantas cosas que no me alcanzaría para contarlas en su totalidad. Y creo que la influencia de él está muy presente en esta obra. Ocurre que mientras realizaba El mal no existe, él se estaba jubilando como profesor en la Escuela de Postgrado de la Universidad de Artes de Tokio, y se llevó a cabo su última clase magistral. Cualquiera podía asistir, y yo como exalumno asistí a escucharlo. Entonces, por última vez, él expresó su forma de pensar a los alumnos e indicó: ‘Hagan tomas que los impresionen y que impresionen a otras personas, que hagan que se pregunten: ¿por qué se veo eso?’. Dado que lo escuché cuando todavía estábamos armando la película, pensé en crear las tomas bajo esa recomendación. Kurosawa está muy presente en mi trabajo”, dijo adicionalmente.
En respuesta a una pregunta del periodista Juan Carlos Ugarelli de Cinencuentro sobre el título de su última película y su alusión a la ausencia de maldad, el director comentó: “Se le pueden dar varias interpretaciones. Sin embargo, antes de desarrollar el guion, visité la zona y noté que era un lugar con una abundante naturaleza. Era invierno, y no se sentía que el tema estuviera presente, pero había un sol cálido que lo acompañaba. Por eso, lo que me vino a la cabeza fue que en la naturaleza no existe el mal. Esta película también tiene relación con el otro proyecto que se desarrolló en paralelo, Gift (2023), por eso tiene esa relación cercana con la naturaleza”.
DESAFÍOS DEL CINE Y DEL MEDIO AMBIENTE
Sandro Mairata del diario La República preguntó sobre cómo es el apoyo estatal al cine japonés, a propósito del debate que existe en el Perú sobre la ley de estímulos económicos al cine. “En Japón también hay financiamiento por parte del gobierno, pero sentimos que no es suficiente porque este financiamiento lo da la Agencia de Cultura, cuyo posicionamiento está por debajo del Ministerio de Educación. En el ranking, va un poco hacia abajo, por tanto, no es muy grande; no es un financiamiento que pueda ayudar mucho. Muchos directores se quejan de que hay mucho entrampamiento en el tema documentario: tienen que presentar todo con un año de anticipación, no avanza, no es un sistema muy dinámico. Por este motivo, un grupo de directores, encabezado por el director Hirokazu Koreeda, está proponiendo crear un Centro Nacional de Imágenes que pueda apoyar más esta idea. Sin embargo, entiendo que esta falta de interés en invertir en la parte cinematográfica probablemente se deba también a la difícil situación económica que está atravesando Japón actualmente. Las raíces de estas dificultades son más profundas, quizás”, respondió el director nipón.
Otra pregunta de Ugarelli fue si, durante el proceso de investigación y escritura del guion, el director se inspiró en algún caso real de glamping que pudiera amenazar los recursos naturales de alguna comunidad en Japón. El director explicó: “Dentro de la película, he recogido lo que realmente ocurrió en la zona. El encuentro y la explicación por parte de la empresa a las personas de la zona son eventos reales, y gran parte de la conversación que se muestra en la película se basa en lo que sucedió. La postura de los personajes en la película también refleja lo que ocurrió en realidad. Consideré que era un experimento interesante durante la investigación. Además, sentí que estos no son problemas ajenos. Los habitantes de la zona no están en contra del glamping; simplemente expresan sus preocupaciones sobre una planificación descuidada. En Japón, hay cosas que deberían haberse hecho y no se hacen. Hay proyectos que no deberían haber sido aprobados, negligencias que no deberían haberse permitido o errores que no deberían haberse cometido. Creo que la sociedad japonesa ha surgido aprovechando estas circunstancias. Por lo tanto, los eventos de la película y la reacción de los habitantes sirven como una advertencia general para la sociedad japonesa”.
Alejandra Bernedo, en representación de la revista Girls at Films, preguntó sobre la similitud entre el director, el protagonista de la película y el personaje que era dueño del restaurante. Hamaguchi contestó: "Es posible que dentro de esta película haya personajes que me reflejen. El hecho de que algunos personajes se trasladen de la ciudad a esta zona establece numerosas conexiones. Ha sido un reto considerable transmitir con respeto a estos personajes. Realicé una investigación exhaustiva sobre la zona, conversé con los habitantes y recopilé diversas perspectivas. Si bien hubo numerosos puntos de vista y temas, no me limité a plasmar los problemas de la zona. En cambio, me centré en captar lo que más me llamó la atención, como la naturaleza y las conversaciones que inspiraron este guion. Mi objetivo fue no minimizar los problemas de la zona, sino presentarlos de manera auténtica. Cada personaje se presenta como vive, sin caer en el caos, y he procurado reflejarlo lo más fielmente posible".
EL FACTOR CAPITALISTA
Mairata también le preguntó por su conocimiento del cine latinoamericano, a lo que respondió de la siguiente manera: “Sobre las películas de Centro y Sudamérica, si hablamos sobre qué tanto se exponen en Japón, realmente es muy poco. En algunas cinematecas pasan películas brasileñas o argentinas, pero lamentablemente mis tiempos no han coincidido para poder verlas. Yo en lo personal he visto muy pocas películas de Centro y Sudamérica. En el caso de México puedo mencionar las películas del director Amat Escalante, como por ejemplo Heli (2013), con la que ganó un premio como director en el Festival de Cannes. A modo personal, con quien tengo más cercanía es con el director argentino Matías Piñero. Pienso que todas sus películas son muy buenas. Él mismo es un cinéfilo y sus películas son ricas en conocimiento y sensibilidad. Creo que en la película Viola (2012) se refleja mucho la honda colaboración del director y de los actores”.
Bernedo también preguntó sobre el daño que el capitalismo causa a los personajes, especialmente a Takahashi, quien, a pesar de su éxito en la ciudad, se siente solitario e infeliz con la percepción del mundo moderno. En respuesta, el director comentó: “Sí, creo que el capitalismo es un personaje en sí mismo. Cada uno de los personajes existe como un agente, un sustituto. Es posible que esto se refleje también en el personaje de Takahashi. Él está desgastado por esta sociedad y dentro de esta estructura, es una especie de víctima. Sin embargo, en lo personal, creo que el personaje tuvo la opción de no subir al auto, y en ese caso, no habría ocurrido lo que sucedió. Podría haber dejado de hacer lo que él sentía que carecía de sentido, y entonces los eventos posteriores no se habrían desencadenado. Esto es aplicable a cualquiera de nosotros también. No podemos eximirnos de responsabilidad en nuestras acciones”.
Al finalizar la rueda de prensa, el director agradeció a todos los presentes y expresó su entusiasmo por la reacción que el público peruano pueda tener ante su nueva obra.