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“Zona de Interés” (2023): La banalidad del mal

Estrenada en el Festival de Cannes del 2023 y ganadora a Mejor Película Internacional en los Oscar de este año, Zona de Interés es la más reciente película de Jonathan Glazer.


Por Hitoshi Isa Kohatsu                               CRÍTICA / CARTELERA COMERCIAL

Empieza en un picnic familiar. Rudolf Höss (Christian Friedel), su esposa Hedwig (Sandra Hüller), sus hijos y criadas se levantan para regresar a su hogar. La familia vive en una bella casa blanca, rodeados de flores, verde pradera, ríos y muerte. Su vivienda es adyacente al campo de concentración de Auschwitz, del cual Rudolf es comandante.


Durante los siguientes cien minutos, se realiza una observación detallada de la vida de esta familia, centrándose especialmente en los padres, y en cómo su existencia está marcada por uno de los mayores crímenes de la historia. Glazer establece un contraste entre el horror del Holocausto y la vida aparentemente idealizada de los Höss, destacando cómo la deshumanización de las víctimas y su enfoque en su propio privilegio les permite vivir en estrecha proximidad a tantas atrocidades que para muchos resultan inimaginables. Esta no es una experiencia cinematográfica particularmente agradable, pero la película resulta sumamente valiosa por abordar esta temática de manera tan impactante.


A pesar de las expectativas que puedan tenerse, la película no recurre a imágenes explícitas ni a recreaciones chocantes. En su lugar, el director demuestra ser un maestro de la metáfora visual, creando imágenes sugerentes que resultan perturbadoras sin necesidad de mostrar más que una idea. Por ejemplo, el sol brilla intensamente sobre la residencia Höss, pero sus blancos muros contrastan con las chimeneas y el humo de los hornos. Cuando Rudolf lleva a sus hijos al río, estos terminan cubiertos de las cenizas que sus propios oficiales han vertido en él. La violencia está implícita en cada escena.


A esa violencia se encuentra vinculada la casa y estilo de vida de los Höss, en particular el hecho de que se ve casi como una fantasía pastoral. El hogar en el campo, el bello jardín de flores y verduras de Hedwig, las salidas y actividades al exterior que forman el sueño de vida simple que muchos tienen. Por supuesto, dicho estilo de vida, tanto la idealización del campo como el “retorno a la tradición”, forman parte esencial de la ideología nazi. Ese sueño se encuentra plasmado en la vivencia y Glazer se encarga de deconstruirlo visceral pero sutilmente a la vez.


zona de interés
"Zona de Interés" (2023). Fuente: The New Yorker

Asimismo, el diseño sonoro hace un trabajo incisivo y perturbador en plasmar el Holocausto. En todo momento uno escucha gritos, fuego y disparos a la distancia, ya que casi siempre nos encontramos en la casa. No importa todo el lujo que se nos muestra, esos sonidos se manifiestan como un incesante recordatorio en el fondo. Ya sea cuando Hedwig atiende a sus flores o cuando se celebra un cumpleaños con los niños.


En medio de estos constantes recordatorios del genocidio, los personajes que aparecen en pantalla exhiben diferentes grados de normalización. Mientras los niños parecen ignorar su gravedad, pues han crecido con esta realidad, las criadas recurren al alcohol como una forma de afrontarla. Por otro lado, la madre de Hedwig, a pesar de haber sido definida como antisemita desde su primera escena, no puede permanecer una sola noche en la casa una vez que ve las llamas. En contraste, los padres han logrado deshumanizar por completo a sus víctimas, llegando al punto en el que carecen de cualquier tipo de consciencia.


Sin embargo, tampoco se puede afirmar que la película caiga en el argumento de la "banalidad del mal" del régimen nazi, es decir, en la idea de simplemente seguir órdenes. Los Höss están profundamente involucrados e interesados en el funcionamiento de Auschwitz para mantener su estilo de vida. De hecho, están orgullosos de lo que "logran". El Holocausto se convierte en el mecanismo a través del cual construyen sus identidades. La ideología y el fanatismo de sus acciones están profundamente ligados a su capacidad para deshumanizar. Esta representación deja al espectador con el estómago en nudos.


Zona de Interés (Zone of Interest) es una película poco convencional en su estructura y construcción. Cada detalle en pantalla tiene el propósito de incomodar a la audiencia mediante la yuxtaposición entre la vida cómoda de sus personajes y la terrible realidad de la que no pueden escapar, mostrando así el mal en lo banal. La película es lenta, dolorosa y perturbadora en todo lo que no muestra, pero a través de estos elementos logra representar las atrocidades del Holocausto de una manera singular.



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