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“Sin tiempo para morir” (2021): el cierre de un ciclo

Actualizado: 27 jun 2023

La última entrega de 007 llegó a las salas de cine. Tras múltiples retrasos y bajo los riesgos económicos que implica estrenar una película en épocas de Covid-19, Daniel Craig consigue despedirse del agente James Bond, personaje que lo ha acompañado por casi 15 años y que revitalizó la saga.


Por Sebastián Kawashita CRÍTICAS / CARTELERA COMERCIAL

“Sin tiempo para morir” (2021). Fuente: IMDb James Bond
“Sin tiempo para morir” (2021). Fuente: IMDb

Después de atrapar al criminal Ernst Stravo Blofeld (Christoph Waltz), James Bond vive junto a Madeleine Swann (Léa Seydoux), retirado como agente del MI6 y de todo peligro que implica su antigua profesión. Cuando un fantasma del pasado de Madeleine regrese, Bond deberá retomar su rol como 007 una vez más.


Cary Fukunaga dirige esta última entrega de la saga, respetando las bases que se plantearon en Casino Royale (2006): un James Bond humano, que se deja guiar por sus emociones, lo que termina jugándole en contra. Mientras que en las versiones previas Bond seducía a una mujer distinta por cada entrega, el 007 de Daniel Craig sufre la pérdida de Vesper Lynd (Eva Green), como una herida abierta que lo acompaña película tras película. Fukunaga establece que el James Bond moderno se encuentra física y mentalmente agotado. Así, en la persecución inicial, James se mantiene inerte en su vehículo mientras una balacera se desencadena. Cuando aprieta el gatillo de defensa, el acto cobra un sentido más simbólico: volver a la rutina que creyó dejar atrás.


La evolución de James Bond también se refleja en sus escenas de acción. En las primeras entregas vemos a un agente novato que apenas sobrevive; en cambio, en Sin tiempo para morir (No Time to Die), el personaje es un espía eficaz y formidable. Gratuitamente o no, tanto Casino Royale como Sin tiempo para morir cuentan con una escena de acción en unas escaleras. Mientras que en el primer caso Bond vence a unos cuantos asesinos con suma dificultad, en el segundo se enfrenta a todo un equipo militar que, entre explosiones y disparos, demuestra toda la experiencia que le precede. Cabe destacar que esta escena se realizó bajo la modalidad de plano secuencia: técnica muy propia en la filmografía de Fukunaga (como la escena de la redada en True Detective, primera temporada). La acción es incesante, la cámara acompaña a 007, pero este jamás flanquea y sabe cómo salirse hasta de las situaciones imposibles.

“Sin tiempo para morir” (2021). Fuente: IMDb James Bond
“Sin tiempo para morir” (2021). Fuente: IMDb

Sin tiempo para morir marca un paralelismo entre Daniel Craig y el mismo James Bond. Craig cumple su ciclo protagonizando la saga, a la par que Bond debe entregar el rango de 007 a su reemplazo: Nomi (Lashana Lynch), la nueva “00”. A James Bond poco o nada le importa ser catalogado como retirado, general o agente activo. Para sus compañeros y amigos, él siempre portará el alias de 007. Del mismo modo, es una forma de reconocerle a Daniel Craig su trayectoria como el mítico personaje y que, sin importar cuantos más interpreten el papel, su huella jamás se borrará.


A pesar de ser un final digno y emblemático, no todo es perfecto en esta cinta. Reitera, una vez más, en el concepto del agente retirado que busca vivir en paz. Como bien lo vemos al inicio de Skyfall (2012), cuando James finge su propia muerte y tiene que ser reclutado contra su voluntad para proteger a M (Judy Dench). O en su secuela Spectre (2015), que culmina con Bond y Madeleine formando una vida juntos y dejando atrás su profesión. El retiro de 007 es una falsa promesa, un comeback al que se recurre cada vez que el argumento lo necesite. Otro punto débil es su antagonista: Lyutsifer Safin, interpretado por un frío y calculador Rami Malek, pero cuyas motivaciones terminan siendo superficiales. Muy distinto a Raoul Silva (Javier Bardem) en Skyfall, quien tiene objetivos más personales y le da matices a su personaje.


Con sus altos y bajos, Sin tiempo para morir decide cerrar el ciclo de una saga que necesitaba renovarse. Tras mostrarnos a un James Bond a prueba de balas, conquistador que no se compromete sentimentalmente y cuyas acciones carecen de consecuencias, nos entregan a un Daniel Craig de carne y hueso, que tiene un corazón quebrantable y que vive con las decisiones que toma entrega tras entrega. Metro Goldwyn Mayer producirá nuevas cintas, la posta se entregará al nuevo actor de turno, pero no olvidaremos el legado que dejó Daniel Craig.



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