La película animada dirigida por Hayao Miyakazi, adaptación del clásico cuento de La Sirenita, regresa a salas de cine en el Perú.
Por Hitoshi Isa Kohatsu CRÍTICAS / CARTELERA COMERCIAL
Es una historia familiar. Ponyo (Yuria Kozuki) es un ser místico, una criatura marina que, en su curiosidad por el mundo de la superficie, se embarca en explorar un pequeño pueblo costero. Ahí conoce a Sosuke (Hiroki Doi), un niño que vive en una casa cercana a un acantilado junto a su madre Risa (Tomoko Yamaguchi). Contra los deseos de su padre (George Tokoro), Ponyo se vuelve cada vez más humana para estar cerca de Sosuke, con quien desarrolla una profunda amistad, aunque pueda que sus acciones empiecen a causar desastres naturales.
Trasladando la fábula de Hans Christian Andersen a un ambiente moderno, Miyazaki también añade su mirada particular. Lejos del fatalismo moralista del cuento danés, Ponyo (Gake no ue no Ponyo, 2008) es una narrativa que exalta una visión infantil del mundo que viene desde la propia protagonista. Ponyo no es castigada por seguir sus impulsos infantiles, como la trágica y condenada heroína de Andersen. Sufre consecuencias, sin duda, pero nada tan extremo como en el cuento original.
El filme es, de hecho, una celebración de la curiosidad, energía y espontaneidad que se tiene cuando uno solo posee una perspectiva limitada debido a la edad. Esto no significa que sea un espectáculo sacarino y vacuo. Aunque se celebre la alegría y entusiasmo de la niñez, se contrasta y complementa con sutiles pedazos de realismo. El inocente carácter de los protagonistas se yuxtapone con, por ejemplo, la ausencia del padre de Sosuke, la actitud controladora del padre de Ponyo y las mujeres de la tercera edad que lidian con problemas relacionados a su vejez.
Entre la filmografía del reconocido director japonés este es su filme más “apto para toda la familia”. Es comparable a Mi vecino Totoro (Tonari no Totoro, 1988) en términos de ponerse de manera fiel en la perspectiva de un niño, en cómo ve e interpreta lo que lo rodea, todo filtrado por la lógica de un realismo mágico. Siendo el filme de Miyazaki menos cínico y con menor subtexto político, Ponyo se mantiene fiel al espíritu de su joven e inocente protagonista.
Hablando de la protagonista, su construcción es uno de los elementos más carismáticos de la película. Infinitamente curiosa y vivaz, su constante emoción por el mundo que la rodea es encantadora. Su caracterización, muy complementada por la fluida animación -tal vez la más fluida que se puede encontrar en una producción de Studio Ghibli-, la hacen un personaje muy entretenido. Desde la manera en la que se mueve, cómo se transforma de pez a humana y viceversa, hasta cómo interactúa con los otros personajes, Ponyo estalla en la pantalla como una figura entrañable.
En términos de animación, arte y diseño, puede que esta sea la producción de Miyazaki con la estética más distintiva. Los colores, por ejemplo, son en su mayoría planos y saturados, con muy pocas sombras dramáticas. Por su parte, los escenarios parecen estar pintados de una forma que emula una textura de crayola. Todo ello contribuye a un estilo -adecuadamente- similar a un libro infantil, en el que las formas son abstraídas a un gran nivel.
Asimismo, los diseños de los personajes son mucho más simples. Las líneas son limpias y las siluetas de los elementos son suaves. Se emplean en su mayoría círculos y curvas, careciendo de ángulos puntiagudos. Esta abstracción permite esa animación fluida que ya comentábamos, en la que los personajes se estiran y mueven constantemente, casi hipnotizando al público.
La animación verdaderamente impresiona en las escenas marinas, o en cualquier escena donde la figura del agua se imponga. La manera en que la vida marina, las olas y los fluidos son animados hacen pensar en todo el esfuerzo que requirió la producción. Con tantos elementos en continuo movimiento, la película logra tener unas escenas verdaderamente deslumbrantes.
Ponyo y el secreto de la sirenita es un simple deleite, una película que tiene en mente a los menores como audiencia principal; sin embargo, mantiene un estilo e historia encantadores para personas de cualquier edad. La cinta también se encuentra disponible en Netflix, pero el hecho de ver su increíble animación en la pantalla grande ciertamente nos ofrece una experiencia invaluable.
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