Dirigido por J. Blakeson, “Descuida, yo te cuido” combina elementos que transitan de la comedia al thriller. Disponible en Netflix.
Por Rodrigo Bedoya Forno CRÍTICAS / NETFLIX
En Descuida, yo te cuido (I Care a Lot), los personajes hacen de la competencia entre ellos un tema disparatadamente personal, de matar o morir. Esa filosofía está encarnada en Marla Grayson (Rosamund Pike), una abogada que ha hecho un negocio muy lucrativo: el de convencer al Estado que puede encargarse de adultos mayores que son incapaces de cuidarse a ellos mismos. Ante esto, el Estado asigna al personaje como la tutelar. Ella se dedicará a vivir de sus bienes, mientras los pobres ancianos viven encerrados en casas de cuidado amañadas con la abogada, y con recetas médicas de doctores que reciben un beneficio en todo el negocio.
Marla mandará al asilo a una señora que no solo está con todas sus facultades intactas, sino que resulta ser la madre de Roman (Peter Dinklage), un mafioso que hará lo imposible por liberarla. A partir de este momento, la película se convertirá en la competencia entre estos dos personajes, que han vivido toda su vida de torcer y engañar al sistema. Las amenazas y las advertencias irán escalando poco a poco, hasta que la situación se convierte en una guerra de imprevistas consecuencias.
Descuida, yo te cuido decide contarnos esta historia con un tono de comedia negra, que refuerza el cinismo de los personajes y de la situación. Marla es consciente de que ser mujer le ha privado de muchas cosas en la vida, y por ese motivo no se va a dejar mangonear por los hombres que se le acercan. Ella no puede perder. Y J Blakeson decide llevar esas motivaciones al extremo, haciendo que todas las situaciones tengan, por momentos, niveles de irracionalidad extremas, basadas en la angurria y la ambición de la protagonista y en su necesidad de no ceder. Rosamund Pike crea un personaje impenetrable y calculador, cuyas acciones no solo se guían por mantener su fachada y su riqueza a toda costa, sino también por demostrar a un mundo controlado por hombres que ella es la que puede mandar si se lo propone.
El humor negro se basa justamente en la absurdidad del enfrentamiento y en la irracionalidad a la cual pueden llegar los personajes, para demostrar quién es más poderoso. Por ese motivo, la película también puede ser vista como una mirada hacia el capitalismo. Lo que ya quedaba bastante claro con las acciones despiadadas de sus personajes, que muestra cómo son capaces de destruirse entre ellos para conseguir sus objetivos. Sin embargo, el mensaje se reafirma en los últimos minutos de la película, como si fuera necesario subrayar aquello que nos querían transmitir. Ello debilita el resultado de la cinta.
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