Una mirada a la nueva película protagonizada por Nicolas Cage y dirigida por Richard Stanley, que adapta uno de los relatos más conocidos del maestro del terror H. P. Lovecraft.
Por Sebastián Zavala Kahn CRÍTICAS / VIDEO ON DEMAND
Fuente: Código Spagueti
Luego de ser despedido del set de La Isla del Doctor Moreau (1996) y ser reemplazado por el legendario John Frankenheimer, el director Richard Stanley se retiró del mundo del cine… hasta ahora. Pues resulta que más de veinticinco años después de ser decepcionado por Hollywood y por actores de la talla de Marlon Brando, ha regresado con una intrigante y visualmente espectacular adaptación de una de las historias más conocidas de H. P. Lovecraft: El color que cayó del cielo, cuyo título original es The Colour Out of Space. El hecho de que esté protagonizada por Nicolas Cage no es más que la cereza encima del pastel.
Cage interpreta a Nathan Gardner, un padre de familia ya retirado que vive en la vieja casa de campo de su padre con su esposa, la siempre ocupada Theresa (Joely Richardson), y sus tres hijos: Lavinia (Madeleine Arthur), quien parece estar más interesada en ritos satánicos que en otra cosa; el despistado Benny (Brendan Meyer), y el menor de los tres, Jack (Julian Hilliard). Sus vidas se ven interrumpidas cuando un meteorito cae del espacio y en el jardín de la casa, trayendo consigo una peligrosa infección que va cambiando, poco a poco, la personalidad e intenciones de los Gardner. Así, la presencia de dicho objeto atrae la atención de Ward (Elliot Knight), quien trabaja para la empresa de agua local, y que parece querer ayudar a la familia.
Color Out of Space es un relato sobre el descenso a la locura, mezclado con elementos de body horror y toda la intensidad que Nicolas Cage suele otorgarle a sus papeles. Pero lo más importante es que es una adaptación bastante decente de uno de los cuentos más famosos de Lovecraft, al cual se realiza un cambio de perspectiva interesante —los protagonistas son los Gardner en vez de Ward— para demostrar, con mayor efectividad, las consecuencias de tener una presencia alienígena en la Tierra. Lavinia termina siendo el personaje desde cuya perspectiva vemos la historia; es ella quien se preocupa más por su madre enferma —Theresa sufre de cáncer—, y es a través de su punto de vista que vemos los efectos del poder del meteorito en su familia, y por qué no, hasta en las mascotas de la casa.
Ello me lleva, lógicamente, a las alpacas. Por alguna razón, las alpacas parecen estar de moda en Europa. Las veo por todas partes en Londres —en comerciales, en letreros, y hasta en tiendas, donde las venden en forma de peluches o carátulas de cuadernos. Y sorprendentemente, tienen un rol importante que cumplir en Color Out of Space. Como menciona Nathan: “las alpacas son el animal del futuro”, pero desgraciadamente, son precisamente ellas las que terminan siendo víctimas del Color del título. Sin embargo, vale la pena resaltar el gran trabajo de maquillaje y efectos animatrónicos con los que cuenta la cinta. Hay una escena en particular, protagonizada por las alpacas por supuesto, que resulta tanto impactante como asquerosa, y que jamás hubiera lucido igual si hubiese sido recreada con efectos digitales.
Fuente: Episodi
Porque el Color que trajo consigo el meteorito —representado en la película con un tono de morado que, aparentemente, los humanos no habían podido ver hasta el momento— tiene distintos efectos en los seres vivos. Algunos se vuelven locos; se vuelven más agresivos, ya sea con ellos mismos o con los demás, mientras que otros sufren cambios corporales (como las alpacas). Una de las secuencias más perturbadoras de la película involucra a Theresa, Jack y los terribles efectos que tiene el Color en el cuerpo humano. Basta con decir que el filme incluye algunas de las imágenes más traumatizantes que haya visto en el cine en un buen tiempo, lo cual combina bien con el tono más bien gótico y estilizado de la historia.
Cage, sin embargo, parece estar en otro plano de existencia. Al comenzar la película, Nathan parece ser un padre común y corriente; todavía enamorado de su esposa —a pesar de que no han tenido sexo en meses—, y obsesionado con sus alpacas —las menciona todo el tiempo— y sus plantas. Una vez que el Color llega a la casa, sin embargo, vemos a un Cage más desatado, hablando con un acento similar al de Donald Trump (¡!) y abusando de todo el que lo rodea. Se trata de una interpretación muy singular de Cage, la cual generó risas en el público asistente de la sala de cine, incluso durante algunas escenas supuestamente “serias”. Consideren, si no, una clásica escena de Furia implacable (2014), en la que lo vemos gritar y patalear en el interior de un carro que no prende. Los fanáticos acérrimos de Cage no podríamos pedir nada mejor.
El resto del reparto da interpretaciones de calidad variada. Madeleine Arthur está muy bien como Lavinia, una adolescente rebelde y obsesionada con lo oculto, harta de vivir en medio de la nada, pero luego preocupada por salvar a su familia de los terribles efectos del Color. Se trata de una actuación medida por momentos, pero suficientemente intensa en otros. Por otro lado, Joely Richardson es creíble como una madre adicta al trabajo —pero con justa razón; Brendan Meyer parece estar aburrido la mayor parte del tiempo; Elliot Knight interpreta a Ward como una suerte de “caballero de capa y espada”, siempre dispuesto a ayudar; Q’orianka Kilcher aparece brevemente como una alcaldesa corrupta, y el gran Tommy Chong tiene un rol pequeño pero importante como el único que parece haber sido capaz de prever la llegada del meteorito.
Nicolas Cage suele estrenar unas ocho o diez películas al año, y de esas, al menos un par siempre son de interés; Color Out of Space es una de ellas. Es un thriller de ciencia ficción que adapta el cuento original de Lovecraft de manera astuta, modernizando ciertos aspectos, pero manteniendo los elementos narrativos más importantes. Visualmente espectacular —especialmente una vez que llega el meteorito a la casa de los Gardner—, frecuentemente perturbadora, y protagonizada por un Nicolas Cage memorable, Color Out of Space es una experiencia cinematográfica potente aunque irregular. De todos modos, hay que reconocer que es muy distinta a lo que suele estrenarse en cines. En pocas palabras: es todo lo que uno debería esperar de una película dirigida por Stanley y protagonizada por Cage.
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